-¿Le quieres?
-Yo qué sé. Creo que sí, aunque no tanto como él cree quererme a mí
-A veces uno, en circustancias difíciles, puede confundir la compasión con el amor.
-No se preocupe por mí
-Sólo le pido que te des algo de tiempo.
Nos miramos, amparados en una infinita complicidad que ya no necesitaba de palabras, y la abracé.
-¿Amigos?
-Hasta que la muerte nos separe.
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