11 enero 2010


Nada es para siempre, por mucho que quieras que lo sea, todo acaba por perderse.

Ya se que no podemos ser lo que una vez fuimos.

Pero entiende, es difícil tenerte cerca y evitar la tentación.

La tentación de caer en tus brazos. Abrazarte, ser un poco egoísta y no dejarte escapar.

Abrazarte y que tú me abraces y que ambos pensemos que somos solo uno, que nacimos para entendernos, para ayudarnos, para estar siempre juntos. Pasar hojas juntos, vivir momentos y luego poder recordar lo vivido, juntos.

La tentación de dormirme en tu mirada, y al mirarte, sentir que el tiempo se detiene. Que ese tiempo solo nos pertenece a nosotros.

La tentación de besarte. Besarte y nada más. De fundirme en tus labios y esperar, esperar que ese momento sea eterno.

Y en verdad es eterno, habita en mí, aguardando el día en que se repita.

Lastima que lo nuestro no fuera eterno.

Como ya he dicho, Nada es para siempre.

1 comentario: